“Cuando llegó el día de Pentecostés, estaban todos reunidos en el mismo lugar. De repente vino del cielo un ruido, como el de una violenta ráfaga de viento, que llenó toda la casa donde estaban, y aparecieron unas lenguas como de fuego que se repartieron y fueron posándose sobre cada uno de ellos. Todos quedaron llenos del Espíritu Santo y comenzaron a hablar en otras lenguas, según el Espíritu les concedía que se expresaran.” Hechos de los Apóstoles 2,1-4.
La confirmación es el sacramento que completa el bautismo, ya que confirma y refuerza la gracia de Dios, que habíamos recibido en él.
El Sacramento de la Confirmación es el acto que representa la unión más íntima con la iglesia para recibir el don de la sabiduría y la fortaleza del Espíritu Santo, que Dios coloca en nuestro interior, reafirma la madurez del creyente, asentando el compromiso de convertirse en un declarante de Jesucristo, que con la fortaleza de su alma y espíritu, divulgará y defenderá la fe en Dios.